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Se cumplen 31 años de la muerte del piloto más rápido de la Fórmula 1, Ayrton Senna

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RADIO EL MUNDO DEPORTES: El piloto brasileño murió en el Gran Premio de San Marino de 1994, cuando su coche se estrelló en la curva Tamburello.

RADIO EL MUNDO DEPORTES: El 1 de mayo de 1994, el mundo del deporte se detuvo ante una tragedia transmitida en vivo. Se trata de la muerte de Ayrton Senna, a los 34 años, en el Gran Premio de San Marino. 

Su muerte marcó un antes y un después en la historia de la Fórmula 1. Treinta años más tarde, su figura sigue tan vigente como sus logros, su carisma y su compromiso social.

De São Paulo al mundo: una pasión que comenzó a los 4 años

Senna nació el 21 de marzo de 1960 en São Paulo, Brasil. Desde muy pequeño mostró una fascinación casi natural por la velocidad.

A los 4 años recibió de su padre un mini kart y a los 13 comenzó a competir en torneos oficiales. Ganó los campeonatos sudamericanos de karting en 1977 y 1978.

En 1981 se mudó a Inglaterra para competir en la Fórmula Ford 1600. Aunque regresó brevemente a Brasil para trabajar en la empresa familiar y estudiar administración de empresas, su pasión por el automovilismo fue más fuerte.

En 1982 volvió a Europa para competir en la Fórmula Ford 2000. Un año después, se consagró campeón de la Fórmula 3 británica, lo que le valió una invitación para ser piloto de pruebas de F1.

De Toleman a la cima: campeón con McLaren

Senna debutó en 1984 en la Fórmula 1 con el equipo Toleman. Al año siguiente firmó con Lotus, donde obtuvo sus primeras victorias: el Gran Premio de Portugal y el de Spa-Francorchamps.

En 1988 fue contratado por McLaren, donde compartió equipo con el campeón mundial Alain Prost. Ese mismo año ganó ocho carreras y se coronó campeón mundial por primera vez.

La rivalidad con Prost se convirtió en una de las más intensas de la F1.  En 1989, el francés lo sacó de pista en Suzuka. 

Al año siguiente Senna se vengó con una maniobra similar que le aseguró su segundo título. En 1991, dominó la temporada y logró su tercer campeonato mundial.

Durante su carrera en F1 generó impresionantes resultados. Disputó 161 Grandes Premios, logró 65 poles, subió 80 veces al podio y ganó 41 carreras.  Así acumuló tres títulos mundiales (1988, 1990 y 1991) y más de 600 puntos.

El trágico accidente de Imola

En 1994, Senna se unió a Williams, pero la adaptación al coche resultó compleja debido a nuevas reglas que prohibían ayudas electrónicas al piloto.  En el Gran Premio de San Marino Senna sufrió un accidente fatal en la curva Tamburello. El día anterior, también había muerto el austríaco Roland Ratzenberger.

Su Williams FW16 se estrelló contra el muro a más de 200 km/h.  Según el médico Alessandro Misley, Senna murió por una fractura en la base del cráneo provocada por la desaceleración extrema. 

Esto desmiente la versión de que lo mató el impacto de la barra de suspensión, como se creyó durante mucho tiempo. “Si fuera solo eso, Senna estaría vivo”, dijo Misley.

Aunque se intentaron maniobras de reanimación en la pista y fue trasladado al Hospital Maggiore de Bolonia, su muerte fue confirmada ese mismo día. El accidente motivó una revisión total de los sistemas de seguridad en la F1.

Sin condenas y un responsable simbólico

En 1997, seis personas fueron procesadas por la muerte de Senna, entre ellas Frank Williams, Patrick Head y Adrian Newey, pero fueron absueltas por falta de pruebas.

En 2007, Patrick Head fue declarado responsable de homicidio involuntario por negligencia al modificar la columna de dirección del coche. Pero no cumplió condena porque el delito prescribió.

Un legado que trasciende el automovilismo

Senna no solo fue un piloto excepcional. También fue un filántropo comprometido con la niñez de Brasil. En noviembre de 1994, su familia fundó el Instituto Ayrton Senna, que hasta hoy trabaja para mejorar la educación de millones de niños en situación de vulnerabilidad.

“Además de ser un genio de la conducción, era una de las personalidades más atractivas del deporte. Aunque de baja estatura, poseía una poderosa presencia física y cuando hablaba sus ojos brillaban y su elocuencia era fascinante”, recuerda su perfil en el Salón de la Fama de la Fórmula 1.

Treinta años después de su partida, Lewis Hamilton, Sebastian Vettel, Fernando Alonso y jóvenes como Franco Colapinto siguen evocando su figura como fuente de inspiración. Su rostro aparece en estatuas, murales y homenajes en los circuitos del mundo.

La Fórmula 1 cambió para siempre tras su muerte al punto que no volvieron a haber accidentes mortales.

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