RADIO EL MUNDO DEPORTES: “El Xeneize” decepcionó con una opaca igualdad ante un equipo semi amateur en su último partido de la fase de grupos. Benfica y el Bayern Múnich pasaron a octavos. El partido estuvo demorado por una tormenta.
RADIO EL MUNDO DEPORTES: Boca no pudo ganarle al Auckland City, el humilde equipo neozelandés, empató 1-1 y se despidió del Mundial de Clubes con una decepcionante actuación en el cierre del Grupo C.
“El Xeneize” se puso en ventaja en el primer tiempo gracias a un gol en contra del arquero Nathan Garrow, quien desvió al fondo de su propia red un cabezazo de Lautaro Di Lollo que había dado en el palo.
Sin embargo, la alegría duró poco: Christian Gray, de cabeza, igualó el marcador para Auckland City antes del descanso. En el complemento, una tormenta eléctrica obligó a interrumpir el partido, y durante la suspensión llegó la noticia que selló el destino xeneize: el triunfo de Benfica sobre Bayern Múnich dejó a Boca sin chances de avanzar.
Una vez reanudado el partido, Boca tuvo el triunfo muy cerca, ya que un desborde de Kevin Zenón en el área le permitió habilitar a Miguel Merentiel para el 2 a 1. Sin embargo, el árbitro sueco Glenn Nyberg revisó la jugada en el VAR y lo anuló por mano del mediocampista cuando bajó la pelota en el área rival.
Como ya sucedió en otros partidos de la competición, el encuentro disputado en Nashville tuvo que ser suspendido por las condiciones climáticas, por lo que estuvo algunos minutos parado hasta que se retomaron las acciones aproximadamente 20 minutos más tarde.
Boca cerró su participación en el Mundial de Clubes con tres partidos disputados, los correspondientes a la fase de grupos, con un saldo de dos empates (2 a 2 con Benfica y 1 a 1 con Auckland City) y una derrota por 2 a 1 ante el Bayern Múnich. En los tres duelos convirtió cuatro tantos, con Merentiel como el goleador con dos anotaciones.
Boca en el peor momento de la crisis: el fracaso deportivo más grande del siglo y la gestión de Riquelme: El triangulo de la catastrofe; “sin Libertadores, sin Sudamericana y sin Mundial de Clubes”
Tras la eliminación del Mundial de Clubes, Boca Juniors se declaró en una situación crítica que pone en jaque mate la gestión encabezada por el presidente Juan Román Riquelme.
En un año lleno de competencias de alto nivel, como lo es el Mundial de Clubes o La Copa Libertadores, el “Xeneize” tuvo un pésimo rendimiento deportivo que se deduce en uno de los peores años de este siglo. El panorama es el siguiente: sin Copa Libertadores, Sin Sudamericana y sin octavos de final del Mundial de Clubes.
Boca subestimó – por completo—a los rivales que son catalogados como fáciles y por este motivo está en el borde del abismo. Cayó con Alianza Lima y no clasificó a la Libertadores, ni a la Sudamericana, perdió con un Independiente en desarrollo en los cuartos de final del Torneo Apertura; y hoy, con una desastrosa actuación que derivó un 1-1 frente al Auckland City de Nueva Zelanda, el elenco de La Ribera le puso la frutilla al postre con la eliminación del Mundial de Clubes en la fase del grupo.
Si tomamos en cuenta todos los rivales que lo dejaron afuera de una competencia importante, el Auckland se llevaría el primer puesto del podio. Un club conformado por futbolistas que tienen trabajos externos al fútbol; una institución que compite en los certámenes más importantes de Oceanía – La Liga de Campeones de la OFC –, la cual se encuentra en la cuarta posición en el campeonato de Nueva Zelanda; y un equipo que tiene 16 goles en contra en la clasificación del C.
Estas y mucha más variantes nos hacen entender que significa en empate con el “Xeneize”, y la desgracia que representa para los jugadores, cuerpo técnico y directivos que dicen defender la camiseta una camiseta que es de hierro, la azul y amarilla de Boca.
Las variantes que conducen al “Azul y Oro” al fracaso rotundo son más que claras: estrellas internacionales que no encuentran su lugar en la cancha – Edinson Cavani –, incorporaciones millonarias que no funcionan adentro de la cancha — Alan Velasco– y el cambio de timón, a último momento, en el cuerpo técnico – de Fernando Gago a Miguel Ángel Russo –. Este es el catastrófico panorama que enfrenta un equipo que supo ganar 6 Copas Libertadores y 3 Intercontinentales. De no cambiar, este se transformará en una cultura perdedor que afectará a su futuro.
Sin embargo, podemos hacer millones de análisis deportivos, pero hay un gran responsable de esta debacle de uno de los equipos más grandes de Argentina y Sudamérica. El mismo es quien tiene la firma para tomar la decisión de transformar o empeorar algo adentro de este coloso, ese nombre es: Juan Román Riquelme. El mismo que había dicho: este va a ser un año divertido (entre risas).